¿Cómo debe hacerse un blanqueamiento dental?

Cada vez somos más conscientes de la importancia de lucir una sonrisa perfecta. Para tal fin, es vital que nuestros dientes luzcan un tono inmaculado, perfecto, en el que esté al margen el tono amarillento que va adquiriendo la dentadura debido a los hábitos de nuestro día a día.

Sí, a todos nos gustaría tener siempre una dentadura radiante, blanca, pero para ello hay que seguir a rajatabla la correcta higiene bucodental y evitar el consumo de ciertos alimentos o bebidas como el café o el té y los hábitos no saludables, como el tabaco, ya que tiñen nuestro esmalte.  

Además, existen otros factores, como el paso del tiempo o el efecto de ciertos medicamentos, que también contribuyen a provocar manchas o el oscurecimiento de nuestro esmalte dental, efecto que se puede revertir con un blanqueamiento dental.

Llegado dicho momento, en el que comprobamos que nuestro esmalte ya no luce como antes, llegó la hora de ponernos en manos del especialista para que nos realice un blanqueamiento dental y podamos volver a sonreír como antes. 

Este tratamiento tiene fines estéticos y busca eliminar las manchas superficiales del esmalte dental, logrando reducir de entre 4 y 10 tonos. Gracias a esta técnica es posible aclarar los dientes, aunque hay que decir que no sirve para solucionar las enfermedades odontológicas que pudieran manifestarse. Para dar respuesta a este aspecto, tendríamos que ponernos en manos del profesional de la odontología especializado en la afección que tengamos para atajarla cuanto antes y evitar complicaciones de cara al futuro.

¿Cómo se blanquean los dientes?

Cuando lleguemos a la consulta odontológica para que el especialista nos realice el blanqueamiento dental, recurrirá a tratamientos con peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida, un producto blanqueante que se activa con el calor que emite la luz aplicada a cada diente. El tratamiento dura alrededor de una hora y el resultado e intensidad dependerá de cada persona. 

En la actualidad, el blanqueamiento por fotoactivación se ha generalizado en las consultas odontológicas. Esta técnica se basa en el uso de un gel blanqueador (peróxido de carbamida o peróxido de hidrógeno) que se coloca en una férula que se adapta a la arcada dental y que se activa mediante la aplicación directa de una fuente luminosa (láser, ultravioleta o LED).

Aunque este tratamiento es eficaz, cabe mencionar que en determinados casos la única manera de eliminar las manchas y blanquear los dientes del frente estético (los delanteros, los más visibles al sonreír) es la colocación de carillas de porcelana o incluso, si es pertinente, la aplicación de una técnica de microabrasión previamente al blanqueamiento.

No obstante, antes de iniciar el tratamiento hay que acudir a la consulta del odontólogo para que valore nuestro caso y nos diga si es recomendable que se nos realice el blanqueamiento dental. Y es que, antes de iniciar cualquier procedimiento de blanqueamiento por fotoactivación es vital que no existan caries, enfermedad periodontal o placas de sarro. Es, por tanto, imprescindible una revisión previa de la salud bucodental.

Los efectos de un blanqueamiento dental pueden durar alrededor de 4 años, siendo inmediatos los resultados visibles.

Después del tratamiento realizado por el profesional odontólogo, es vital seguir una serie de recomendaciones para que el efecto sea duradero, tales como: evitar el consumo de alimentos muy fríos o muy calientes, ya que puede producir sensibilidad dentaria, evitar fumar, evitar bebidas como café, té, con colorantes o frutos rojos como moras o arándanos, a la vez que es vital mantener una correcta higiene bucodental y acudir a una revisión odontológica cada seis meses como mínimo.