Cómo prevenir los callos en el pie

El pie es esa parte del cuerpo a la que, a veces, no le prestamos la atención que deberíamos. Además, en el día a día, los pies, esas extremidades del cuerpo junto a las manos, están sobreexpuestos a un considerable esfuerzo. Ten en cuenta que soportan estoicamente el peso de nuestro cuerpo cada día, cuando permanecemos de pie, caminamos o practicamos deportes como el running, con los que el esfuerzo que hacen estas extremidades es aún mayor. 

No es nada nuevo decir que la salud del pie es fundamental en nuestra calidad de vida. Y es que, si gozamos de unos pies sanos, lograremos vivir con más agilidad y calidad en nuestro movimiento diario, en cualquier etapa de la vida. Por ello, es vital no esperar a estar en la edad adulta para mimar nuestros pies. 

Los pies tienen efecto memoria, y si los cuidamos como debemos desde jóvenes, estaremos haciendo todo lo que está en nuestras manos para gozar de salud en estas extremidades del cuerpo de cara al futuro. Aunque también hay que reconocer que no siempre estaremos a salvo de ciertas dolencias que afectan al pie aunque nos cuidemos. Pero eso sí, podremos esquivar algunos problemas asociados al descuido de esta parte del cuerpo que también es muy importante. 

Es vital acudir al podólogo periódicamente para salvaguardar el estado óptimo de nuestros pies. Con sus consejos, cuidados y nuestro seguimiento de sus recomendaciones en casa cada día, conseguiremos lucir unos pies bonitos y, ante todo, sanos. 

En este post, nuestros protagonistas son los callos, es decir, esas rugosidades o durezas que aparecen en los pies que los afean, y cuya aparición suele deberse a la utilización de un calzado inadecuado, o porque está fabricado con un material excesivamente duro que no facilita el movimiento natural y delicado del pie, o porque dicho calzado nos queda demasiado prieto, y a cada paso sometemos a nuestros pies a un excesivo roce; con el consiguiente daño que provoca en la piel del pie debido a la aparición de los, para nada bonitos, callos. Afean mucho el pie, al igual que los juanetes.

Por tanto, los callos y las callosidades son causados por presión o fricción en la piel. Un callo es piel engrosada que se forma en la parte de arriba o en un lado de un dedo del pie. La callosidad, por su parte, es piel engrosada en las manos o en las plantas de los pies.

Tratamiento y prevención de callos en los pies

Para tratar y prevenir la aparición de callos y callosidades en el pie, es recomendable seguir estas pautas:

• Usa plantillas.
• Pon en remojo tus pies cada día al volver de trabajar o al terminar la jornada. Es importante que lo hagas en agua tibia y jabonosa para ablandar los callos y las callosidades.
• Lima la piel.
• Humecta los pies.
• Presta especial atención al calzado que utilizas.

Estos remedios caseros te ayudarán en el día a día a proteger tus pies de los callos y callosidades, como es evidente, pero has de tener en cuenta que estas recomendaciones no siempre serán suficientes para eliminar los callos. Por ello, el especialista es la persona idónea para controlar y eliminar los callos y callosidades más problemáticos. 

Esperamos te haya sido de utilidad este post. Y ya lo sabes, ¡tómate en serio el cuidado de tus pies!